jueves, 25 de abril de 2013

Artur Mas y los micrófonos.

Mientras pide discreción a sus divididos Consellers en el tema de la consulta soberanista, quiere erigirse Artur Mas como el único con capacidad de hacer lo contrario. Es incapaz de aplicarse el consejo de su entorno ni predicar con el ejemplo, al no resistirse a tocar otro tema cada vez que divisa un micrófono a su altura.
Tendrá la culpa él que no puede dejar de caer en la tentación, o son los periodistas quienes no se resisten a motivarlo cada vez que lo tienen delante. La última vez que recuerdo haberlo visto dando las mismas razones  a los problemas económicos de Catalunya fue en la jornada de Sant Jordi, santo patrón de otras tantas tierras,  mitológico por demás, idealizado, irreal e imaginado como el futuro que forja para su país, como a tantos gusta llamar por estos lares.
Debe saber que referirse a las encuestas que otorgan una mayoría de catalanes a que se celebre la consulta no significa que todos vayan a votar a favor de la independencia, sino pronunciarse sobre le derecho a decidir. Y es olvidar que aquellos mismo estudios de opinión le daban una holgada mayoría a su partido si convocaba elecciones; tan absoluta que le permitiera seguir recortando sin trabas de aliados de gobern. Toma resultados. Por todos es conocido que el remedio se le ha indigestado más que el mal, al tener que gobernar con una Esquerra que utiliza la independencia como arma electoral y no simple justificación a su pobre capacidad de gestión.
Pero, ¿no tiene Catalunya otros problemas de los que preguntar y responder que sobre el tema que de tan repetido repugna? Si la gestión del empleo le está transferida por qué las Oficines de Treball de la Generalitat no sólo son inútiles cajas de asalariar funcionarios y no se dedican estas y su gobern a atajar un desempleo que se sitúa en la cuarta parte (24,53%) de la población activa de la CC.AA, y en consecuencia los problemas que de esto se deriva.
Creer en la simple tesis que Espanya ens roba y Catalunya será un paraíso de amor y gloria si se consiguiera la independencia, eso sí, manteniendo las prerrogativas de las que goza dentro del territorio español sabiendo que las perdería fuera de la UE y no las retomaría mientras respire, es intentar engañar a quien se deje, que a estas alturas no creo sea la mayoría de los catalanes, al menos no sus votantes.
Mientras se diluye la ilusión con el desapego europeo a sus intenciones, el díscolo Durán -un catalán nacido en Huesca como le llama un presentador mañanero-, pone la sal que acostumbra y desobedece sus órdenes porque no es Conseller ni siquiera compañero de filas. Su enviado a Madrid dice lo que piensa el gran porcentaje a la que no le interesa someterse a la consulta -según los pronósticos encuestados-: "la independencia (señor Mas) no es el principal problema de Catalunya".

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