viernes, 3 de mayo de 2013

El rumbo del Gobierno.

Con 30 subidas de impuestos en año, medio y la presión fiscal en el 32,5 % (mayor que la que llevaba el Partido Comunista en su programa electoral) que conlleva a una situación económica y social desesperada, no es de extrañar que el 70% de los manifestantes contra los recortes del Gobierno sean los mismos que lo auparon al poder con mayoría absoluta.
Esperanza Aguirre, una de sus figuras más emblemáticas, que pidió la rebelión contra la subida del IVA de ZP y cualquier actuar con "los de la ceja", no fue menos contundente cuando, en una clara crítica a la política fiscal del actual Gobierno de su partido, dijo que habría optado por aliviar el déficit y la deuda pública recortando el desmedido gasto de la administración en lugar de subir los impuestos, añadiendo -con su sonrisa socarrona-, que Rajoy nunca se equivoca (sic).
Entre medidas de austeridad que tanto golpean a la clase media y no hacen más que aumentar el desempleo más alto del mundo, el Presidente del Gobierno aconseja que se contengan un 0,5% los salarios para que puedan crearse puestos de trabajo (aunque en realidad lo preocupante es que no se destruyan dos empleos por minuto, como venimos sabiendo con cada Encuesta de Población Activa). Como si la reforma laboral  y la propia crisis no hubieran dado motivos para que el empresario justifique la reducción de salarios, entiéndase incentivos y pagas extras que lo componen, contra la campaña donde el PP prometió bajar los impuestos y crear tres millones de puestos de trabajo.
La única promesa que parece se llevará a cabo es la anunciada por el Sr. Ruíz Gallardón que antes de asumir el ministerio de Justicia se proyectaba el más progre del ejecutivo. Anuncia que la reforma de la Ley del aborto contraerá los supuestos en los que no se penalice el aborto no complace a lobbys conservadores y religiosos, sino el cumplimiento de su programa electoral. Para un punto que cumplen tiene que significar la contracción de una ley que sólo ampliaba plazos y supuestos; como si la actual -ya restrictiva-, obligara a abortar a quienes sus principios o natural instinto maternal les impidiera hacerlo. Pero que mayor contradicción es eliminar el supuesto del aborto en caso de malformaciones en el feto, a la vez que se reducen grados de minusvalía para así contribuir a reducir la prestación por dependencia y recortar el presupuesto destinado a la ley.
Toma el Gobierno "las dolorosas decisiones" contrarias a sus promesas porque dice "ignoraba la situación en la que dejó la economía española  el anterior Gobierno". Sería entonces el Sr. Rajoy el único español que la desconocía o con su irresponsable oposición a sabiendas mintió sólo para ganar las elecciones. A todas ellas se muerde la lengua Aznar, que ante medidas menos lacerantes desprestigiaba al ejecutivo socialista para criticar la subida de impuestos o la reducción de velocidad en las carreteras. Pero pertenecer al mismo partido que toma estas medidas impopulares y antiliberales le impide hacer lo mismo con un Rajoy que él mismo designó para sucederle.
Sus justificaciones castigan más que aquellas recordada subida del IVA a las chuches de su niña que prometía ser un heraldo de la libertad, tolerancia y respeto a los DD.HH (al tiempo que presentaba un Recurso ante el Tribunal Constitucional contra la adopción y el matrimonio homosexual); le daría educación de la mejor, vivienda y padres con trabajo. En sus manos está demostrarlo, Presidente. Deje de negarnos todo lo prometido a los vivos y a los nasciturus. Si cree en ello, únicamente le pedimos que cumpla lo prometido.

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