martes, 14 de mayo de 2013

El paraíso según Willy Toledo.

Desde que Willy Toledo anunció que a finales de este mes se marcha a vivir a Cuba, ninguna opinión le  ha sido afín, pero por primera vez y sin que sirva de precedente, me parece una decisión  consecuente con sus actos e ideología. Quien negativamente lo critica no conoce la andadura de este personaje; se queda solamente con el titular y todo lo para muchos puede conllevar de negativo vivir en Cuba.
Si hay algo que siempre me ha resultado contradictorio de los llamados enemigos del capitalismo -y Willy lo es- es que el paso de las manifestaciones, los antisistema destruyan todo lo que represente el mercado, empezando por las tiendas donde compraron los jeans que llevan puestos, y al finalizar se vayan de cañas y tapas. Deben tener en cuenta que el sistema donde querrían vivir, y demostrado está que no por culpa del bloqueo. De Toledo siempre critiqué lo mismo, preguntándome: ¿Por qué no se van a vivir a Cuba en lugar de destruir la sociedad en la que la mayoría de la Humanidad, con todos sus defectos, elige vivir. Ahora dice que huye a Cuba por la persecución mediática a la que está sometido en España, demostrando la poca idea que tiene de lo que significa tal concepto y como se practica allí.
La opción de Willy no es equiparable a la desfachatez del Sr. Depardieu, un exiliado en la corrupta Rusia de Putin para evadir los impuestos que le cobraría el Gobierno francés, mientras se derrite por hacer negocios con la Cuba, país donde no se cobra lo que trabaja porque todo se convierte en una carga impositiva para sostener los cacareados beneficios del sistema.
Todo el mundo debería tener el derecho a opinar y manifestarse, libertades de que ha gozado Willy Toledo en Europa donde, coincido con él, no existe democracia. Pero debería saber que en el país que se exilia tampoco y veremos si en voz alta podrá allí opinar contrario a la línea del Gobierno sin sufrir menoscabos de privilegios y obviando que -a menos que sea por vías digitales-, no hay medios de universal acceso donde se pueda plantear dicha crítica.
Aunque la disidencia y la mayoría del exilio se empeñe en demonizar el sistema, debemos respetar a quien considere que Cuba no es el infierno. Para algunos será el paraíso y parece que el señor Toledo se encuentra en ese grupo. Tendrá la oportunidad de comprobar si está  o no en lo cierto cuando conviva con el cubano de a pie, comparta sus necesidades una vez se terminen sus días de hospedaje a cuerpo de rey como los que disfruta cuando acude a cualquier evento organizado en Cuba en pro del regreso de los ahora cuatro héroes.
Como dice un amigo, ningún extranjero (por años que viva en Cuba), conoce ni entiende a fondo la realidad que vive el pueblo; desventajas que nunca conocerá de primera mano quien es privilegiado por tener un pasaporte rojo y las ventajas que conlleva cobrar 150 mil euros por película.
Reconozco que por su anterior posicionamiento hipócrita me desmerecía toda credibilidad, pero alabo que cumpla a rajatabla todo lo que predica abanderando el posicionamiento político que comparte con los miembros de Animalario. Aparte del engrandecimiento que a su ego genera, esperemos que esta no sea otra de las pieles bajo las que se esconde su condición del actor magnifico, aunque su imagen nos conduzca a pensar todo lo contrario.

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